26.11.06

Cosas de Gallos.

¡Bola en Mano!

Hay bullicio en La Gallera. El aire está espeso, tiene una mezcla de expectativa, nerviosismo y gallardía que sabe a sudor. Desde que abres la puerta sientes el olor a testosterona que se acumula en la humedad del ambiente. Hace mucho que no se sentía tanta emoción. Ya se escuchan a los machos, los malandros, los listos y los buenazos, gritando sus apuestas, opiniones y veredictos, como grandes señores que honran la palabra. Y entre todo el balbuceo dos voces sinceras, cordiales y de cierta manera antagónicas al contexto en que se dan. Dos gallos cacarean sus loas al púgil contrario, mientras un país se encuentra en la incertidumbre sobre a cuál de los dos le entrega su corazón.

Este es el ambiente ante la pelea por el título vacante, en las 147 libras, de la Asociación Mundial de Boxeo (WBA por sus siglas en inglés). El 2 de diciembre, el nuevo consentido de Puerto Rico, Miguel Cotto sube de categoría y expone su invicto ante el también invicto pero menos conocido Boricua, Carlos Quintana.

Cotto deja atrás su correa de las 140 libras de la WBO, la cual defendió dudosamente en varias ocasiones, para subir a un peso que le diera más espacio para desarrollar su cuerpo. Pero luego del difícil debut (y despedida) del británico Ricky Hatton en el peso welter, muchos preguntan si Miguel Cotto correrá la misma suerte. No creo que esto suceda con Cotto, gane o pierda, ya que necesita las 7 libras extras pues le estaba costando hacer el peso Jr. Welter. Subir de peso es un renacer para Miguel Cotto, un púgil que de sólo verlo en el cuadrilátero te grita que es un peso welter natural. Lo único que hay que ver cómo se adapta a este peso es la barbilla de Miguel, la cual se ha identificado en el mundo del boxeo como su talón de Aquiles.

Carlos Quintana aunque poco conocido es un gran atleta que cuenta con un record perfecto de 23 victorias y en las que ha conectado en un 78.2% para KO. Carlos es un gran boxeador técnico y un fuerte pegador. Se mueve bien por cuadrilátero y puede adaptar su pelea sea empujando hacia delante o moviéndose hacia atrás. Aguanta golpes en la cara. Realmente un peleador difícil para Cotto.

Para Miguel, esta pelea es el primer paso al estrellato en donde comenzarán a desfilar los grandes nombres y con ellos las grandes bolsas de dinero. Para Puerto Rico, esta es la pelea que hará de Miguel campeón en diferentes pesos, el primer paso para que finalmente se convierta en lo que tanto le prometieron los analistas al país, el próximo “Tito” Trinidad. Para Carlos Quintana esta es la pelea que de ganar, le daría ese toque de Pedigree a su carrera. Sería el la puerta hacía la luces de las cámaras en dónde podría obtener un pedacito de la gloria compartida por todos los campeones boricuas. Por primera vez sus carrera no quedaría bajo la sombra de otros púgiles. Si gana Quintana, Puerto Rico ganaría un nuevo campeón Mundial, pero perdería el héroe nacional que tanto necesita.

Con tanto en juego, es difícil predecir un ganador. Cotto debe subir al cuadrilátero con su defensa impenetrable para evitar los fuertes golpes de Quintana. La defensa de Quintana es muy buena así que se le hará difícil a Cotto conectar sus mejores golpes. Aparte el estilo a lo “southpaw” de Quintana será algo nuevo para Miguel. De igual manera Carlos no se ha enfrentando a un “nombre” tan grande como el de Cotto. De ocurrir una victoria por KO será en los rounds altos de la pelea cuando el cansancio de apodere de cualquiera de los púgiles. Con todo esto dicho, me aventuraré a nombrar a Cotto ganador por decisión. Aunque al final del día el verdadero ganador será el pueblo de Puerto Rico que sabrá cual de sus gallitos tiene el corazón para ser su próximo gran campeón.

12.11.06

No hay que llegar a la NBA para ser el mejor del mundo.

¿Cuándo fue la última vez que te preguntaron por el mejor jugador del mundo y no dudaste en responder con el nombre de algún atleta de la NBA, MLB, NFL, NHL o de alguno de los equipos multimillonarios del fútbol europeo? Si no fue así, posiblemente hablaron de un joven talento, el cual se viene abriendo paso con dedicación y hambre pero hablaron de él como la posible próxima estrella de una gran franquicia. La realidad es que usualmente los mejores atletas del mundo no se encuentran en esas ligas. Y no mal interpreten mis oraciones, el nivel de juego y la destrezas necesarias para sobresalir en las ligas de los billetes gordos son grandes, no cualquiera llega. Sin embargo el poder de mercadear sus jugadores, de metérnoslos por ojos y oídos en radio, prensa, televisión, vallas publicitarias, revistas, etc.… nos hace olvidar a los hombres y mujeres que han entregado sus vidas al deporte y han alcanzado la historia bajo la sombra de los atletas mejor mercadeados.


La reciente muerte del estelar Federico “Fico” López, ex jugador del Equipo Nacional de baloncesto de Puerto Rico, me ha hecho cuestionarme mis continuas críticas a los jugadores talentosos que deciden quedarse en el patio, en vez de buscar desarrollarse en ligas más competitivas en el exterior. Fico, nacido en México de padres cubanos pero de corazón más boricua quel coquí, fue producto del trabajo de las categorías menores de la Federación de Baloncesto (FBPR) y del Caparra Country Club. En 1981, con apenas 18 años le surgió la oportunidad de jugar con los Mets de Guaynabo en la Liga Superior de Baloncesto. El poco tiempo que estuvo en cancha le sirvió para regresar el próximo año y convertirse en una de las máximas luminarias del baloncesto boricua. Tanto era el esfuerzo y dedicación de Fico por el deporte que amaba que ya en el 1983 representaba los colores de su patria y en el 1985 ya ocupaba la posición de armador regular con el Euipo Nacional. Pero el éxito no se apoderó nunca de Fico y siguió trabajando fuerte EN CASA, fuera de los grandes escenarios, por lo que tomó por sorpresa a muchos en el Mundial de Baloncesto de 1990 en Mar del Plata, Argentina. Allí llevó a Puerto Rico, una pequeña Isla en el Caribe de apenas 100 x 35, a la cuarta posición Mundial. En ese evento López integró el equipo Todos Estrellas, fue líder en asistencias y fue clasificado como “las mejores manos” del Torneo Mundial.

En menos de 10 años de jugador profesional de baloncesto, Fico López se había convertido en el mejor armador del mundo. Yo tuve la dicha de crecer viéndolo jugar. Ver sus pases, sus tiros a distancia, su indistinguible porte de líder, sin embargo si me preguntaban sobre quién era el mejor armador del mundo seguro mencionaba a “Magic” Johnson o a Isiah Thomas. La muerte de Fico me obliga a pensar en todos los atletas que cambian el deporte a nivel mundial con su estilo de juego, que cambian la historia de sus países con su ejemplo de dedicación y no se les da el lugar que merecen en la historia por no hubo una compañía de zapatos deportivos usando su imagen para vender millones. Es hora de que nos detengamos y pensemos en los “Ficos” de la vida, esos hombres y mujeres que nos demuestran que en nuestro país SI SE PUEDE. Esos hombre y mujeres que nos recuerdan lo orgullosos que nos sentimos de ser BORICUAS. ¡Bola en Mano!

1.11.06

Los Cardenales volaron por encima de todos los pronósticos.

Los Cardenales volaron por encima de todos los pronósticos.

Desde que los Yankees de Nueva York ganaron su tercer campeonato corrido en el 2000, las Grandes Ligas han visto como se corona un campeón distinto año tras año. En el 2001 Randy Johnson y Curt Schilling inyectaron su veneno, llevando a los Diamondbacks a la cima. En el 2002 los muchachos de Anaheim hicieron que el mundo entero volviera a creer en Ángeles. En el 2003 un Marlín se creyó salmón y nado contra la corriente para ganarlo todo. En el 2004 se rompió la maldición y los Medias Rojas pusieron a descansar de una vez al espíritu del bambino. En el 2005 se demostró que los latinos no sólo somos grandes en el terreno del juego, sino grandes en estrategia con la victoria de los Medias Blancas de Ozzie Guillén. Finalmente en el 2006 los Cardenales volaron por encima de toda la competencia para proclamarse los mejores. ¿Qué tienen en común todos los ganadores desde Arizona hasta St. Louis? Sencillamente que nadie los daba como el candidato a ganarlo todo.

Con apenas 83 victorias en la temporada regular, la peor marca registrada entre los 8 equipos que avanzaron a la post-temporada, todos olvidamos la calidad de los jugadores y la calidad del dirigente del equipo de St. Louis. Y digo todos, incluyéndome, por que al menos que vivas a 3 cuadras del Busch Stadium no existía posibilidad alguna de que creyeras en este equipo que apenas calificó por una victoria sobre Houston. Y aunque algunos atribuían la campaña a múltiples lesiones, el hecho de que otros equipos pasaron por su situación (y hasta peor) y llegaron mucho más lejos los hizo ver como incompetentes. Y en parte esa era la realidad de los Cardenales. No estaban bateando. No estaban pitcheando. No estaban jugando como se espera de los muchachos de La Russa. Sin embargo entrar en postemporada es borrón y cuenta nueva… y los chicos de St. Louis estaban listos para servirse con la cuchara grande.

Eckstein estuvo brillante. So Taguchi nos hizo pensar el por qué no es un jugador regular. Scott Spiezio estableció una nueva moda de chivas pintadas de rojo chillón y Pujols sencillamente fue Pujols. Sin embargo aunque el premio al Jugador Más Valioso se le entrego a Eckstein en mi corazón el hombre de la serie fue el boricua Yadier Molina. Yadier se transformó en la postemporada bateando .356 y un sorprendente .412 en la Serie Mundial. Pero tal vez lo más impresionante del juego de Yadier es su defensa. El joven receptor trabajó brillantemente con un puñado de lanzadores sin experiencia y comandó jugada tras jugada. Aparte mantuvo a los corredores nerviosos de ser víctimas de su cañon.

Aun así sin importar a quién se le nombrara MVP, los Cardenales como equipo volaron por encima de todas las predicciones y sobre todas las expectativas. Ahora sólo falta ver si serán ellos el primer equipo en revalidar su campeonato en el 2000.