28.7.08

RESPECTUS MAXIMUS

Hay experiencias en la vida que sencillamente te roban las palabras. En un abrir y cerrar de ojos, todo el montaje de posibles resultados, de distintas realidades, con el cual tratamos de establecer cierto control de nuestras vidas, desaparece volando en un soplo feroz del viento. Hace un par de días sentí la fuerza de una de esas ráfagas y aún busco la manera de hacer sentido de lo que sucedió. Verán desde que comenzó la era de la blogsfera recuperé una pasión por la narrativa y el análisis para las cuales no siempre encontraba un espacio de desarrollo en el mundo publicitario que paga mis cuentas cada 15 y 30 del mes. Las herramientas de auto publicación de los blogs me ofrecieron el medio para explorar estas inquietudes, sólo necesitaba un norte para enfocar los esfuerzos. El enfoque fueron los deportes. Relegados muchas veces a ser casi una sección de “entretenimiento” dentro de los periódicos, quise ver los deportes en su macro, el aspecto comercial, los efectos sociales, la humanidad de sus historias y claro está los hechos concretos de los que sucede. Me encanta la crónica deportiva y si bien a veces parece que hago el trabajo de un cronista, no me considero un periodista. Recuerdo que durante mis años de estudios universitarios en Artes de la Comunicación, era compulsorio tomar cierta cantidad de créditos en periodismo. Un día tuve el atrevimiento de anunciarle a mi profesora, la Dra. Milagros Acevedo, que yo era demasiado “creativo” para el periodismo. ¡Qué atrevida es la inocencia! Luego de leer una cantidad de notas objetivas y detalladas sobre el combate entre Cotto vs. Margarito, comprendo la admirable creatividad que poseen los cronistas deportivos. El deporte vs. cualquier otra disciplina dentro del periodismo es posiblemente la sección más difícil para ser realmente imparcial, realmente objetivo, por que el deporte en su naturaleza exige favoritismos. Por eso el comienzo de esta nota, la cual será una oda al respeto, la dedico a la creatividad de los cronistas deportivos, por que el combate entre Cotto y Margarito me sacudió de tal manera que quedé sin palabras y estos maestros de la acción y el lenguaje a sólo minutos de concluida la pelea ya comenzaban a publicar sus recuentos, análisis y opiniones.

El diccionario de la Real Academia Española define la palabra respeto como veneración, acatamiento que se hace a alguien. Hoy, esta palabra recoge perfectamente lo que siento luego del combate Cotto – Margarito.

Respeto por el evento. Son muy pocos los eventos deportivos, en especial en el boxeo, que sobrepasan las expectativas que se tienen de ellos. El combate Cotto vs. Margarito se vendió como LA BATALLA a la cual se le puso el sello de “la pelea del año.” Con menos de la mitad del año para que el boxeo nos entregue otro espectáculo de este calibre, está será sin duda la mejor del 2008 y sorpresivamente una de las mejores en la historia del deporte.

Respeto por Miguel Cotto. Algo que me fascina del boxeo es que es posiblemente el único deporte en dónde para ganar no tienes que hacer tu mejor actuación, sino destrozar la de tu oponente. En la mayoría de las veces esta destrucción es una física en donde el cuerpo de un púgil sucumbe ante el poder de su adversario. Es una muestra de brutalidad que a veces cuesta mucho digerir. Pero si bien es difícil ver cuando se rompe el físico de luchador, más fuerte es ver cuando lo que se destroza es el espíritu. Miguel Cotto, quién perdió su combate por KO técnico, no salió derrotado físicamente aun cuando tenía su rostro totalmente ensangrentado. A Cotto se le rompió el espíritu. ¿Por qué digo esto? Cotto nunca dejo de ser efectivo a través del combate. Luego de enfrentarse a 987 golpes que lanzó Antonio Margarito, Cotto logró esquivar, blockear la mayoría de estos bajando la efectividad de su oponente a sólo 27%. Mientras tanto Cotto contestaba conectando con una increíble efectividad de 43%. Bajo semejante presión, Miguel no pudo encontrar las fuerzas para terminar el combate. ¿Por qué exponer tu cuerpo al castigo sin piedad de un adversario tan fuerte como Antonio Margarito, cuando estás haciendo todo lo correcto, con efectividad y aun no es suficiente? Ese fue el momento de no más. La paciencia y el empuje de Margarito pudieron más. El Tornado de Tijuana hizo trizas a puño limpio el espíritu del boricua. Por eso mi respeto a Miguel Cotto, por que hay que tener valor para decir no más. Reconocer que el otro fue mejor que tu es un duro golpe del que pocos se recuperan. Por la cara de rabia que llevaba Cotto camino al camerino confío que esta derrota sólo logrará hacerlo más fuerte, así como hizo más fuerte a Margarito su derrota ante Paul Williams.

Respeto Máximo a Antonio Margarito. Desde la primera vez que vi. a Antonio pelear comprendí su talento. Las cualidades de estrella se hacían cada vez más latentes. No podía esperar a un encuentro con Miguel Cotto. Sin embargo mi admiración por Margarito recibió un golpe en su defensa titular ante Joshua Clottey en el 2006. Margarito ganó por decisión unánime, pero esa pelea lo vi perder hasta que Clottey se lastimó ambas manos durante el combate. Y el hecho de que no pudo acabar a un boxeador que sencillamente no podía ni pegarle me hizo cuestionar el espíritu del mexicano. Luego su derrota ante Paul Williams me llevó a pensar como a muchos que lo mejor de Antonio Margarito había quedado en el pasado. Fue esta derrota y la indiferencia del mundo del boxeo la que le dio a Margarito una meta fija a donde llegar. Desde entonces el Tornado de Tijuana a dejado sólo destrucción por donde pasa. Lo hizo en New York contra Golden Johnson, en New Jersey contra Kermit Cintrón y en Las Vegas contra Miguel Cotto. No se puede sentir otra cosa que no sea admiración y respeto por un atleta del calibre de Antonio Margarito. Cuando todos le negaron su espacio entre los grandes, el mexicano demostró su bravía y se hizo camino entre todos lo que trataron de impedírselo. Soy de Puerto Rico y soy fanático de Miguel Cotto, pero si algo tengo que gritarle al mundo hoy es un BRAVO a Antonio Margarito. Eres grande, ojala te paguen con respeto que mereces campeón.