29.9.06

Los Mets del 2006, una fórmula “casi” perfecta del éxito.

Al concluir la temporada del 2004 los dueños de la franquicia de los Mets se encontraban en tremendo boquete. Luego de la temporada de ensueño para los niuyorkinos en donde la Serie Mundial se convirtió en un “Subway Series” entre los Yankees del Bronx y los Mets de Queens, el equipo metropolitano había gastado una cantidad exorbitante de dinero para cada año quedar más abajo en la tabla de posiciones. Y con el despido del dirigente Art Howe, ya los Mets no contaban ni con alguien que dirigiera el timonel. Al parecer el barco se iría a la derriba directo hacia las rocas. Pero lo peor de todo era que la fanaticada estaba perdiendo la fe en su equipo (y todos sabemos que un fanático sin fe no compra taquillas).

Ya lo habían tratado todo, desde contratar grandes nombres como Vaughn y Alomar, ha traer refuerzos extranjeros como Matsui y nada funcionaba. El paciente seguía muriendo, así que dejaron la ciencia a un lado y entregaron su último rayo de esperanza a la magia. Era hora de visitar al médico brujo. Tocaron la puerta del dominicano Omar Minaya y le preguntaron cuál era la fórmula para hacer de los Mets un equipo exitoso. Omar los miró preocupado, prendió un velón y con la chequera de los desesperados dueños en mano dijo:

1) Un As en el montículo: Un cuerpo de lanzadores exitosos debe tener 3 abridores de calidad, pero tiene que existir un cañon tan poderoso que el sólo mencionar su nombre provoque pavor en los bateadores contrarios. Y Omar Minaya elaboró su magia y contrató a Pedro Martínez, el brazo de un “CY YOUNG” lleno de pólvora que acababa de ganar una Serie Mundial con los Medias Rojas de Boston.

2) Un jugador de 5 categorías: Muchos jugadores son muy buenos en 2 ó 3 categorías de bateo, pero pocos llegan a ser la potencia ofensiva que representa un jugador de 5. Este jugador mantiene un alto promedio de bateo, anota carreras, las empuja, conecta para poder y lo más difícil es un hábil corredor que roba bases. Con esto en mente Omar preparó un cheque pesado y contrató al mejor jugador de 5 categorías disponible en aquel momento en el mercado, Carlos Beltrán.

3) Una combinación de poder en la primera y la tercera base: Busca cualquier equipo ganador y en su mayoría presentan una peligrosa combinación entre su primera y tercera base. Ya los Mets contaban con el niño de oro de sus fincas el antesalista David Wright, sólo faltaba un bate poder en la primera base. El hombre indicado para el trabajo en la mente de Minaya era el boricua Carlos Delgado. Se tardó todo un año más de lo planificado para conseguir a su primera base, pero nadie dijo que con esta formula te mejorabas al próximo día.


4) Desarrollar una cosecha de jóvenes talentosos: Esto no es nada nuevo en el béisbol. El equipo con mejores talentos en desarrollo, vivirá para se campeón en el futuro. Esto fue lo que hizo de los Yankees una potencia en los 90, hasta que el gusto por ganar les hizo olvidar lo importante que son los chicos en el club y prefirieron cambiar TODO el futuro por tratar de asegurar un presente. A los Mets les funcionó, prueba de ello son los nuevos millonarios y caras del club por los próximos años: David Wright y José Reyes.

5) Un “bullpen” completo que te saque de apuros: Hasta el mejor lanzador del mundo tiene un mal día, y es ahí cuando brilla tener un cuerpo de relevistas y un gran brazo que cierre tus juegos y asegure una victoria. Aquí es dónde Minaya se ha destacado al crear el cuerpo de relevistas más certero de las mayores, capitaneados por un gran closer como lo es Billy Wagner. El conjuro de Omar es sencillo: asegura el 7, 8 y 9.

Y así añadiendo los toques de un guardabosques versátil como Endy Chávez, un “utility” natural como Tony Valentín y un bate experimentado que salga del banco como Franco, preparó el brebaje que se conoce hoy como los Nuevos Mets y se lo dio a beber al moribundo equipo. Le entrego el paciente al cuidado de las manos de Willie Randolph, un hombre que sabe que la paciencia tiene sus virtudes y tenemos al equipo más ganador de esta temporada.


Pero cuidado, recuerden que este brebaje hará exitoso a un equipo, no necesariamente campeón. Como todo mejunje, este también tiene sus efectos secundarios. El confiar en brazos gastados para comenzar los juegos te puede traer problemas de lesiones, por favor beber con muchos lanzadores de reserva. Claro está que con lo que cuesta el resto la reserva no puede ser de mucha calidad.

Ese es el talón de Aquiles de la fórmula de Minaya. En la postemporada apostó todo al bullpen. Hasta ahora ha funcionado. Sin embargo su rotación de abridores es muy, muy, muy débil. Depende de actuaciones fuertes de un adolorido Pedro Martínez (que ya no jugará en la postemporada), un Tom Glavine que ha visto renacer en él uno de sus años como Bravo y un Steve Trachsel que se ha convertido en un héroe de franquicia. Con los tres juntos ya se puede abrir una Egida del Lanzador. Las estupideces de un taxista de la Florida le costaron a los Mets el brazo de Duaner Sánchez y la posibilidad de adquirir el brazo de Roy Oswalt. Minaya tuvo que buscar como remplazar la pérdida de su bullpen y retomó a su antiguo “setup” el boricua Roberto Hernández (que también puede ir a la Egida) y la promesa de Oliver Pérez. Hasta ahora la estrategia de Minaya de cantidad de lanzadores vs. calidad le ha funcionado. ¿Será suficiente para ganarlo todo? Tal vez el momentum le ayuda, tal vez se mueren en la orilla luego de tanto nadar. Pero si de algo estoy seguro con los Mets es que la fórmula del éxito de Minaya aun no ha sido terminada. Este invierno volveremos a ver al brujo obrar sus magias.

24.9.06

La Gran recompensa a una excelente labor... YOU'RE FIRED!

Luego de la segunda gran desmantelación de los Marlins de la Florida, consolaba a un amigo que vive en Miami hablándole de la calidad de los prospectos que habían conseguido. “Viejo, ahora puede que no sean nada pero en 3-4 años vuelven a ser campeones, en ese equipo está el futuro del béisbol.” Y cuando le dije eso todavía no tenían coach. Entra a escena Joe Girardi. Su contratación me hizo pensar en lo que hizo Omar Minaya al darle el puesto de Manager a Willie Randolph. Al parecer los discípulos de Joe Torre son muy bien cotizados. Mientras muchos pensaban que Girardi era muy tranquilo para estar rodeado de tantos chicos llenos de energía, su estilo pasivo (muy bien aprendido de Torre) fue justo lo necesario para hacer que al llegar terminar agosto el kindergarten de las Grandes Ligas amenazara con colarse en los playoffs a jugar contra los “Seniors”. Los roces entre la gerencia y Girardi son producto de las niñerías de un hombre con dinero que no sabe que se necesita para jugar el béisbol. Un empresario que año tras año lo hemos visto inflar el precio a veteranos para después cambiarlos a las grandes potencias cuando se ve que no puede pagarlos, quitándole la oportunidad a un equipo de mercado pequeño contratar sus servicios. Jeffrey Loria tiene algo grande en sus manos. Un equipo que sólo cuesta 15 millones y que con el tiempo sólo se pondrá mejor. Baltimore, Washington, Atlanta, Seattle, se gastan mucho más dinero y no han cosechado lo que Girardi ha hecho con sus “babies”. Pongámoslo así. Los Yankees y su abultada nómina les ha costado alrededor de $2,150,537 cada una de sus 93 victorias hasta el día de hoy. A los Marlins les ha costado sólo $205,479 cada una de las 73 victorias y la gran mayoría de ellas se deben a la dirección de Girardi. Es un error sacar a Girardi. Pero cada cual con sus caprichos.

Se ha hablado de la posiblidad de que un puertorriqueño tome la rienda de los Marlins. Entre ellos se han mencionado a Cheíto Oquendo y Joey Cora. Pero de entre los coaches boricuas, quién está mejor preparado para ser el primero en tomar las riendas de un equipo.

Alomar padre tiene la experiencia pero no el interés, José “Cheo” Cruz le sigue en “seniority” y tiene mucha experiencia como coach. Ha hecho maravillas en su estadía en Houston en la primera base, además de tener basta experiencia en la pelota invernal de la Isla. José Oquendo tiene mucho interés. Ha expresado abiertamente que esa es su meta, ser manager en las Mayores. Lució bien en el World Baseball Classic y tiene un gran maestro en La Russa. Joey Cora es alguien que admiro mucho, no sólo como coach, si no como jugador. En una época en dónde sólo se hablaba de Igor González y el Indio Sierra, Cora era un guante sólido en la segunda base que vivió bajo la sombra de su compatriota Roberto Alomar. Cora se ha estado desarrollado como dirigente en la liga invernal de Venezuela que es un reflejo de lo que fue nuestra liga en sus tiempos de oro. Algún día Joey será un gran coach y tal vez mucho mejor que su amigo y jefe Ozzie, pues es un hombre sumamente recogido y humilde. Sin embargo creo que todavía le falta probarse más. No estoy seguro que el mismo sienta que ya puede tener el total control de un equipo. En estos momentos, cualquiera de los Cheo tienen mi voto para ser el primer manager boricua del MLB.

4.9.06

Olé, Olé, Olé

La bestia estaba llena de confianza. Muchos matadores ya habían caído víctimas de la fuerza de su embestida. De hecho, hasta ahora no se enfrentaba a un matador que le propinara esa estocada mortal. Ni siquiera cuando entró a la arena a enfrentarse al adorado por las masas, aquel pomposo y joven torero vestido de rojo, blanco y azul, se sintió amenazado. Y así como a todos los que enfrentó antes, clavó al inexperimentado torero y lo sacó de su camino. Ahora sólo quedaba un torero a quién derribar para proclamar su espacio entre los dioses del olimpo. Un contrincante que se paraba fijo con capa y daga en mano pero sangrando por una pierna víctima de una cornada suramericana. Con furia salió el toro griego a acabar a su enemigo sin tomar en cuenta que el arte de darle muerte a una bestia con temple frío es la especialidad de España.


Con una aplastante victoria 70-47 España se impuso al fuerte equipo griego aun sin su máxima estrella, el enebeista Pau Gasol. Un choque entre dos invictos que aunque tuvo su momentos de gloria, careció de la calidad de espectáculo que se presenció en los dos juegos de la seminfinal, España vs. Argentina y Grecia vs. Estados Unidos. La victoria no sólo les da a los españoles su primer título Mundial, sino que les concede un pase directo a las Olimpiadas del 2008.

Sin embargo el banquete de baloncesto que fue la final del Mundial de la FIBA 2006, se convierte en un verdadero dolor de cabeza para las aspiraciones de los equipos americanos para las Olimpiadas. Con la ausencia de un equipo de América en el tope se reducen las plazas de este continente a sólo dos. Con USA Basketball presentando básicamente el mismo equipo y dirigente hasta la cita en Pekín y Argentina que aunque cayó cada vez luce más fuerte podría parecer que equipos como Brasil, Canadá, Puerto Rico, Panamá, México y Venezuela se tendrían que conformar con ser espectadores en la máxima competencia deportiva. Aun así, de la misma manera en que la caída de Gasol inspiró a sus compañeros a ser aun mejor, es el momento de que los países latinoamericanos se reinventen para traer algo nuevo en miras a las olimpiadas y mover nuevamente la balanza del básquetbol a favorecer a América.