26.1.06

Lo que pasó, pasó...


¡Bola en Mano! Mientras disfrutaba el ritual mañanero de observar como la luz del semáforo cambiaba 3 veces, mientras el policía de turno no dejaba pasar a nadie, se me para al lado un chamaco en su equipo de música con ruedas (por que aquello de motorita no le quedaba nada) e inunda los próximos 100 metros a la redonda con su ritmo reggueatonero. La canción con la que irrumpía en mi espacio era “Lo que pasó, pasó” del disco Barrio Fino de Daddy Yankee. Sin más remedio no luché contra el ritmo y comencé a escuchar la canción y al perderme en las frases no podía distinguir si el Daddy le hablaba a una “gata” o a nuestro Equipo Nacional de Baloncesto. ¡Cántales Daddy!

-“Lo que pasó, pasó”-
• Pasó el día en que le ganamos al Dream Team: No fue una casualidad. Fue una demostración de lo que los 12 magníficos son capaces cuando dejan el corazón en la cancha. Fue una demostración de porqué una pequeña isla del Caribe, con una población total de una fracción de la población de 1 cuidad de otras potencias, se encontraba en ese momento entre los 10 mejores países en el mundo del baloncesto, según la FIBA. Pero la lección a los niños malcriados de la NBA pasó, el orgullo (o prepotencia para algunos cuantos mal perdedores) de Arroyo al agarrarse su camiseta y hacer notar el nombre de su Isla pasó, los halagos de todos los cronistas deportivos del mundo pasó, pero a nosotros no se nos olvidó y cuando debimos haber estado entre los mejores 4 del mundo, caímos derrotados ante el Ballet Nacional de Nueva Zelanda.

• Pasó ese horrible Pre-Mundial en donde perdimos no por que faltaban Arroyo y Santiago, perdimos por que cada cual jugó para si mismo. Perdimos por que en momentos donde debíamos jugar como equipo, teníamos a un Peter John haciendo pucheros como si fuera un bebé. Perdimos por que en momentos donde debíamos jugar como un equipo, teníamos a un Larry Ayuso tratando de impresionar los scouts de la NBA. Perdimos por que nuestro cuerpo técnico no supo como integrar cada una de las piezas presentes. Cada vez que nos daban por eliminados, vencíamos a nuestro rival y cuando nos tocaba un equipo que no debía presentar problemas, comenzaba el individualismo y nos dejaban en la cancha. Pero de los errores se aprende y nuestra historia ganadora, nuestros Fico, nuestros Quijotes, nuestros Dalmau, sacaron la cara y obtuvimos el pase por invitación. Estamos en el Mundial y el mal rato de tener que esperar por una invitación pasó.

• Pasó el tiempo de José “Piculín” Ortiz. Es una realidad. No podemos seguir engañándonos. El Picu es un gran atleta y si todavía está en cancha es por que ha sido de los pocos hombres en el deporte puertorriqueño que ha tenido la disciplina necesaria para mantenerse fuerte con el pasar los años. Pero el Señor Tiempo no pasa en vano y el Picu ya no puede competir de tú a tú con jugadores que no sólo podrían ser sus hijos por la edad, sino que son muchas veces más grandes, más rápidos y mucho más fuertes que él. Si queremos que jóvenes como Peter John y Danny sean una potencia en la pintura, tenemos que olvidarnos de que el Picu va a estar entre los 12. A mi entender José Ortiz debe estar en nuestro equipo, pero como asistente, como técnico, aportando sus sabiduría y peritaje sobre el baloncesto internacional del otro lado de la línea. Los días del Picu en el #4 del uniforme nacional, como todos los grandes que pasaron, también pasó.

Entonces Daddy Yankee comienza a cantar, “Presea dale, presea” y precisamente ese debe ser el sentir hacia el Mundial. Un esfuerzo colectivo fuerte, de jugadores, técnicos, periodistas y sobre todo fanaticada que “guardeen” el honor Nacional de nuestro Baloncesto. Un rugido de guerra tan potente, una presión tan contundente, que los italianos, los lituanos, los gringos y hasta los mismos argentinos les suden las manos momentos antes de enfrentarse a los pequeños del Caribe. Por que cuando nos enfrentemos al Dream Team en el primer juego del Mundial de Japón, todo lo que ha pasó hasta ese momento pasó. Depende de todos los puertorriqueños crecernos nuevamente y borrarnos del #11 en el mundo e insertarnos no en el #8 como antes, sino entre las primeras 5 potencias del mundo. Sinceramente pienso que si lo deseamos lo suficiente podemos llegar entre los mejores 3 dentro del Mundial, por que cuando lo que pasó, pasó, significa que estamos en borrón y cuenta nueva.